27/08/2014 9:39:00
La actriz y comunicadora estuvo anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red, contando cómo vive el dolor de la pérdida de su hija hace tres años.
Marisela Santibáñez es demasiado. Demasiado ronca, demasiado habladora, demasiado mandona, demasiado intensa, demasiado sensible. Es ese tipo de mujer de la que cualquier machista diría calladita se ve más bonita. Pero ella jamás escucharía a un hombre así, con toda razón. Anoche, en Mentiras Verdaderas, de La Red, se lució con una mini, una blusa con tachas y unas botas hasta la rodilla. Toda de negro, disimulando un armatoste que le sostiene la rodilla. Marisela tiene una fractura en el peroné, pero ella anda igual con tacos, a full como siempre, metida en la Defensoría Ciudadana del PRO, desde la que ayuda a niños con enfermedades graves. "Tengo que parar de trabajar, pero no puedo. Porque me muero. De pena. Soy intolerante, soy una cabra de mierda a veces...Pero mi pena no es sólo mía. Yo pensaba que la Rafaella era la única en el mundo. No, hay miles de niños más", explica sobre su vertiginoso ritmo 24/7. Y dice que en su futuro no se ve de nuevo embarazada: "No quiero tener más hijos. Tengo a mi madre y me afirmo en ella. Yo no quiero tener otro hijo. Yo ahora soy la mamá de muchos otros niños. Yo tengo otro proyecto que es el Parlamento". En su emprendimiento por conseguir fondos para tratar males como el cáncer ha logrado que pequeños que estaban desahuciados vuelvan a sus casas sanos. ¿Qué siente ante eso sabiendo que la batalla de su hija la perdió? Ella responde con la voz quebrada: "Es raro porque es emoción, es alegría, pero es decir por qué yo no gané. Pero vamos que se puede, porque yo gané un ángel, porque el destino es así y a veces la vida es una mierda y uno tiene que pararse y se tiene que ver bonita, se tiene que arreglar y sonreír. Yo jugué una final del mundo y la jugué como Diego Armando Maradona, fui la mejor. Fui el 10, pero perdí el partido. Perdí a mi mejor amiga, pero la tengo ahí constantemente durante el día, es mi luz, es la fuerza que tengo".
La actriz y comunicadora estuvo anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red, contando cómo vive el dolor de la pérdida de su hija hace tres años.
Marisela Santibáñez es demasiado. Demasiado ronca, demasiado habladora, demasiado mandona, demasiado intensa, demasiado sensible. Es ese tipo de mujer de la que cualquier machista diría calladita se ve más bonita. Pero ella jamás escucharía a un hombre así, con toda razón. Anoche, en Mentiras Verdaderas, de La Red, se lució con una mini, una blusa con tachas y unas botas hasta la rodilla. Toda de negro, disimulando un armatoste que le sostiene la rodilla. Marisela tiene una fractura en el peroné, pero ella anda igual con tacos, a full como siempre, metida en la Defensoría Ciudadana del PRO, desde la que ayuda a niños con enfermedades graves. "Tengo que parar de trabajar, pero no puedo. Porque me muero. De pena. Soy intolerante, soy una cabra de mierda a veces...Pero mi pena no es sólo mía. Yo pensaba que la Rafaella era la única en el mundo. No, hay miles de niños más", explica sobre su vertiginoso ritmo 24/7. Y dice que en su futuro no se ve de nuevo embarazada: "No quiero tener más hijos. Tengo a mi madre y me afirmo en ella. Yo no quiero tener otro hijo. Yo ahora soy la mamá de muchos otros niños. Yo tengo otro proyecto que es el Parlamento". En su emprendimiento por conseguir fondos para tratar males como el cáncer ha logrado que pequeños que estaban desahuciados vuelvan a sus casas sanos. ¿Qué siente ante eso sabiendo que la batalla de su hija la perdió? Ella responde con la voz quebrada: "Es raro porque es emoción, es alegría, pero es decir por qué yo no gané. Pero vamos que se puede, porque yo gané un ángel, porque el destino es así y a veces la vida es una mierda y uno tiene que pararse y se tiene que ver bonita, se tiene que arreglar y sonreír. Yo jugué una final del mundo y la jugué como Diego Armando Maradona, fui la mejor. Fui el 10, pero perdí el partido. Perdí a mi mejor amiga, pero la tengo ahí constantemente durante el día, es mi luz, es la fuerza que tengo".