04/03/2014 8:49:20
Anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red, la "abuela" analizó la salida del poder del presidente y aprovechó de contar algunos de sus secretos.
Se abren los paneles que hacen de puerta del set y aparece ella. Tan rubia y tan de negro como siempre. Está de pie, alzando los brazos, entremedio de una imagen de sí misma caracterizada como una tierna diablita saliendo de las llamas. "Es como de hace 30 años atrás, porque no tengo ni una arruga", dice autocrítica Pamela Jiles, anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red. Es que la "abuela" no es complaciente. Ni siquiera o, más bien, sobre todo con el saliente Presidente Sebastián Piñera a quien, junto a Jean Philippe Cretton -alias "ojitos de piscina"-, aprovechó de repasar en su última semana de gobierno. "Esta semana se va Piñera, hace sus maletitas. Se ha dedicado a hacer un total de seis inauguraciones diarias en el último mes. Ha inaugurado incluso unos sitios eriazos, donde va a ver algún día un hospital. Está haciendo campaña para el 2017", cuenta la Jiles, a partir de una profunda investigación probablemente basada en la lectura de diarios. Y como si no fuera suficiente, hace referencia a las características personales de la máxima autoridad nacional y a su look: "Se va. Con sus bracitos cortos. Sus piñericosas, que lo convierten en el nuevo Merino. Ese sitio que había dejado vacío el almirante Merino, lo ha llenado Sebastián Piñera con aquellas cosas curiosísimas, estas palabras raras, cambiadas. Él va a todas partes de taco y con maquillaje. Va con un bolsito de maquillaje, su neceser y su taco de siete centímetros. Eso es algo que no puede faltar en un travesti y en Piñera". Ay, Pame, ¡haces tanto reír! Aunque, en verdad, los cachitos de diabla, habría que cambiarlos por un sombrero de bruja. Te quedaría mejor.
Anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red, la "abuela" analizó la salida del poder del presidente y aprovechó de contar algunos de sus secretos.
Se abren los paneles que hacen de puerta del set y aparece ella. Tan rubia y tan de negro como siempre. Está de pie, alzando los brazos, entremedio de una imagen de sí misma caracterizada como una tierna diablita saliendo de las llamas. "Es como de hace 30 años atrás, porque no tengo ni una arruga", dice autocrítica Pamela Jiles, anoche en Mentiras Verdaderas, de La Red. Es que la "abuela" no es complaciente. Ni siquiera o, más bien, sobre todo con el saliente Presidente Sebastián Piñera a quien, junto a Jean Philippe Cretton -alias "ojitos de piscina"-, aprovechó de repasar en su última semana de gobierno. "Esta semana se va Piñera, hace sus maletitas. Se ha dedicado a hacer un total de seis inauguraciones diarias en el último mes. Ha inaugurado incluso unos sitios eriazos, donde va a ver algún día un hospital. Está haciendo campaña para el 2017", cuenta la Jiles, a partir de una profunda investigación probablemente basada en la lectura de diarios. Y como si no fuera suficiente, hace referencia a las características personales de la máxima autoridad nacional y a su look: "Se va. Con sus bracitos cortos. Sus piñericosas, que lo convierten en el nuevo Merino. Ese sitio que había dejado vacío el almirante Merino, lo ha llenado Sebastián Piñera con aquellas cosas curiosísimas, estas palabras raras, cambiadas. Él va a todas partes de taco y con maquillaje. Va con un bolsito de maquillaje, su neceser y su taco de siete centímetros. Eso es algo que no puede faltar en un travesti y en Piñera". Ay, Pame, ¡haces tanto reír! Aunque, en verdad, los cachitos de diabla, habría que cambiarlos por un sombrero de bruja. Te quedaría mejor.